Blockchain: Columna vertebral de las criptomonedas

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El término Blockchain o Cadena de Bloques se empezó a conocer a raíz del surgimiento de bitcoin. Esta tecnología, que a día de hoy tiene múltiples usos, nació como protocolo, código y libro contable de la primera criptomoneda. Casi 10 años después, no pasa desapercibida para ninguna institución que quiera estar a la altura de sus competidores en cuanto a desarrollo tecnológico. Las empresas financieras fueron las primeras en interesarse en ella.

El blockchain es una tecnología que funciona como una gran base de datos o libro contable. Registra las transacciones (pagos) que se llevan a cabo entre los usuarios, las verifica y contabiliza con el fin de evitar el doble gasto o su manipulación. Esta circunstancia del doble gasto se puede extrapolar a un entorno con real con dinero físico. Imaginemos un cliente que paga en efectivo por su compra, entregará el dinero a cambio del bien y en consecuencia no podrá volver a utilizarlo, evitando así el doble gasto.

Otro aspecto, que aporta gran valor añadido a esta tecnología, es que resulta prácticamente imposible que sea pirateada (hackeada) por un tercero. Veamos un ejemplo de su uso.

En primer lugar, esta tecnología no es exclusiva para el bitcoin y demás criptomonedas. Existen otros usos como el empleado en el pago de facturas o transacciones en dinero fiat (euro, dólar, etc.). Dicho lo cual, en este ejemplo se va a utilizar una hipotética criptomoneda de nombre “FxM”.

Supongamos que Álvaro quiere enviarle 3 unidades monetarias de la criptodivisa “FxM” a Blanca. Tradicionalmente se hubiese hecho mediante una transacción bancaria en la que la entidad bancaria (intermediario) es la encargada de registrar la transacción y, en la mayoría de los casos, cobra una comisión por ello. Con el blockchain este modelo cambia por completo al eliminar los intermediarios en el envío de los 3 “FxM” de Álvaro a Blanca. Además, el pago es descentralizado y, por lo tanto, no hay registro público de la transacción. Sólo Álvaro y Blanca saben quiénes son. Pero ¿Cuál es el atractivo de blockchain respecto a las anteriores tecnologías de registro y pago digital?

Cómo funciona la Cadena de Bloques

Fundamentalmente el blockchain es un libro contable digital, en el que cada transacción precisa de la verificación de los distintos ordenadores ubicados en diferentes lugares del mundo y conectados a la red. Es decir, cuando Álvaro quiere pasar una cantidad de dinero a Blanca, el protocolo blockchain hace una “llamada” a los servidores preguntando: ¿Álvaro tiene dinero para hacer el envío y éste es real? Los diferentes ordenadores mediante métodos criptográficos y de forma sincronizada verifican la transacción. Si el envío resulta ser falso, los ordenadores de la red no lo verificarán y lo cancelarán.

Por otro lado, el libro contable de blockchain, trabaja con saldos acumulados y evita que se hagan trampas en el pago y se envíe dinero que no existe. Modificar un bloque conlleva también modificar los bloques anteriores. Un bloque esta formado por un conjunto de transacciones que han sido verificadas. La transacción de Álvaro a Blanca estará junto con otras transacciones que se han verificado para que, una vez completado el bloque, se cierre y se una a la cadena. Es decir, supongamos que este bloque generado es el número 51 de la cadena y debe unirse al bloque previo 50. Para que la cadena de bloques lo una definitivamente, el bloque 51 valida una clave (la conoce al estar las transacciones verificadas), que tiene el bloque 50 y que se generó cuando éste se unió con el bloque 49 y así sucesivamente. Por lo tanto, las claves son como los saldos acumulados de un libro contable, donde cada página (bloque) se cierra dejando un saldo total de dinero, que es necesario saber para comenzar con la siguiente página.

Si alguien quisiera modificar los bloques para apropiarse de bitcoins por ejemplo, tendría que entrar en los distintos ordenadores encargados de verificar la transacción. Es decir, de forma sincronizada debería aprobar el envío en cada uno de los ordenadores conectados a la red blockchain y, además, tener la pericia de modificar todos los bloques del libro contable para no descuadrar los saldos acumulados. Por lo tanto, se convierte en prácticamente imposible alterar y modificar la cadena de bloques o blockchain para adquirir criptomonedas de forma ilícita.

Otro tecnicismo, dentro de esta tecnología, son los nodos. Un nodo es el software encargado de mantener una copia de todos los registros contables y, asimismo, de recibir y reenviar las transacciones a los nodos más cercanos. Cada nodo tiene la misma copia del libro contable. Por lo tanto, ayuda a proteger la red.

Desde la aparición en 2009 de la primera criptomoneda (bitcoin) y con ella la tecnología blockchain, siempre ha habido un interrogante ¿Puede resistir un ciber ataque? A día de hoy, la tecnología de cadena de bloques nunca ha sido hackeada. Sin embargo, sí que ha habido robos de criptomonedas. Entonces, si blockchain nunca ha sido hackeada ¿Cómo puede ser qué roben criptomonedas? Esto se debe a que los robos se hacen en las billeteras digitales (wallets) y no en la cadena de bloques. En el contexto de las criptodivisas, las billeteras se asemejan a la retirada de dinero de la cuenta corriente para tenerlo en efectivo y, por lo tanto, fuera del sistema bancario.

En definitiva, esta sencilla explicación puede abrir una puerta a un entorno complejo, pero protagonista indiscutible en las finanzas actuales. Algunos expertos afirman que cuando se resuelva el problema de la computación cuántica y se desarrolle por completo su tecnología, el ecosistema de la cadena de bloques o blockchain puede verse afectado hasta el punto de ser inservible. Pero también es cierto, que si se desarrolla la computación cuántica para atacar este modelo también se podrá hacer para defenderlo.

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