BIG DATA: tu vida privada en juego

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¿Cuánta información se crea y almacena en el mundo? Se estima que en los últimos 10 años se ha generado más que en toda la historia de la humanidad y según IBM, en internet se producen 2,5 quintillones de bytes de información al día. Ante una cantidad tan elevada de información, el Big Data aparece como una herramienta informática capaz de analizar millones de datos y, además, relacionarlos entre sí para obtener conclusiones.

Se sabe que la información es poder, pero cuando hay miles de millones de datos, obtener relaciones y conclusiones entre ellos puede ser una labor tediosa y prácticamente imposible. Ante la ingente cantidad de información que no deja de crecer, el Big Data permite analizar una cantidad desmesurada de datos que el ser humano no puede hacer por sí solo. Por lo tanto, el Big Data convierte datos en información y los contextualiza para ayudar al análisis y la toma de decisiones.

Asimismo, esta conversión hacia el análisis de datos está demandando trabajadores con conocimientos en esta herramienta. Los expertos en análisis de datos son los perfiles de trabajo más buscados, con un aumento del 13% hasta el 2026, de acuerdo con el estudio de la consultora KPMG. Además, su retribución media anual es muy superior a la media del resto de ocupaciones.

Big Data en la práctica

En el sector industrial y de ventas se utiliza para dar respuesta a una pregunta muy relevante ¿Qué quiere el consumidor? Con algo tan común como el teléfono móvil se puede obtener mucha información sobre un individuo. Dónde va y a qué hora va. Qué le gusta y qué ha dejado de consumir, etc. Toda esta información permite a las empresas implementar mejoras tecnológicas, tomar decisiones con el mínimo riesgo, segmentar los clientes en función de sus gustos y crear productos con ofertas personalizadas para ellos.

No obstante, El Big Data no es de aplicación exclusiva para un entorno empresarial. A nivel social, este proceso tecnológico de análisis de información, sirve para predecir terremotos, la tasa de paro, reducir los índices de criminalidad o incluso el seguimiento de epidemias. Por ejemplo, en Lyon, mediante el Big Data y unos sensores de CO2 distribuidos por la ciudad, se ha podido estudiar las congestiones de tráfico para predecir cuándo se va a producir un atasco.

Parece que el Big Data sólo reporta beneficios, pero hay visiones críticas al respecto. Un tema que no deja indiferente a gran parte de la población es el coste personal que supone la falta de privacidad. Es decir, a través de las redes sociales o el historial de búsqueda, se puede saber mucho de un individuo. Desde qué gustos se tienen hasta qué deseos y proyectos se quieren cumplir.

No obstante, el nuevo reglamento del Parlamento Europeo, que se aprobó el 25 de mayo de 2016 y entrará en vigor en 2018, contempla este problema ético de la protección de datos y permite a los usuarios mejorar su capacidad de decisión y control.

El Big data, por lo tanto, tiene una visión comercial pero también social. Es un negocio lucrativo que cada año mueve más dinero a cambio de la información de terceros. Para algunos, las grandes bases de datos ya son el petróleo del nuevo milenio. En el siglo XIX convertir el petróleo en carburante fue un salto a la modernidad que catapultó la industria a procesos productivos más rápidos o a demandar una mano de obra más técnica. Este cambio en el aprovechamiento energético tiene validez como metáfora para explicar que ha supuesto el Big Data en un contexto económico plagado de cifras.

Autor: Daniel Moreno (5 febrero 2018)

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