El mundo del Trading de alta-frecuencia

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El catedrático de política económica de la Facultad de economía de la Universidad de Cambridge, el profesor Oliver Linton, vino a la Fundación UCEIF el 5 de septiembre de 2014, y los miembros del equipo de finanzas para Mortales (www.finanzasparamortales.es) tuvieron la oportunidad de charlar con un experto en el teje-maneje de una práctica popular utilizada en la compraventa de securities llamada trading de alta-frecuencia (High-Frequency Trading, HFT). Esto es básicamente el intercambio de cualquier tipo de productos financierosacciones, bonos, valores, deuda, commodities, futuros, securities en paquete, etc., – entre diferentes partes y usualmente en cantidades grandes a una velocidad increíble.

Una de las principales ventajas del HFT es que reduce los costes de hacer este tipo de transacciones, lo cual es muy importante para ser competitivo en los mercados financieros. El HFT siempre comercia dentro de unos parámetros acordados previamente, así que cuando concurran ciertas circunstancias el trading puede ser realizado de manera automática para alcanzar resultados óptimos y, así, incrementar la eficiencia de los traders y del mercado en general. Sin embargo, el automatizar todo tiene sus inconvenientes, como por ejemplo cuando ocurre una inesperada cadena de eventos y no se tiene un modelo pre-establecido (para enfrentarla). Esto puede llevar a resultados u operaciones inesperadas e incluso interrumpir el funcionamiento fluido de los mercados globalizados e interconectados.

La necesidad de ser veloz

¿Por qué los profesionales de las finanzas están en el trading de alta-frecuencia o trading de alta-velocidad? Bueno, parece ser que es porque es lo más sencillo. La misma pregunta puede hacerse cuando envías correos electrónicos en lugar de cartas manuscritas; se debe a que cumple el mismo propósito pero con una rapidez mayor. “Todo el trading de hoy en día se realiza en gran medida como trading de alta-frecuencia, la tecnología en los mercados se ha acelerado, igual que los ordenadores en nuestras escritorios se han vuelto más rápidos en los últimos 20 o 30 años”, dijo el profesor Linton.

Así que está bien que sea más rápido pero la inmediatez en sí no es la única razón para proporcionar este servicio. La utilidad que provee el trading de alta frecuencia, de acuerdo con el profesor Linton, es que ayuda a mantener liquidez. En otras palabras, si alguien quiere comprar o vender una acción a precios ligeramente diferentes lo podrán hacer porque los traders de alta velocidad están dispuestos a aceptar precios diferentes, es una actividad llamada creación de mercado. Esto es porque, en teoría, los traders de alta velocidad tienen un interés a largo plazo en los mercados porque tienen posiciones tanto a la baja como al alza y no comercian en una dirección particular más que en la que dicta el mercado.

El servicio que proporcionan a los inversores que no tienen una vista a largo plazo en el mercado es porque no hay periodo de espera. Si uno tiene que esperar mucho tiempo, es posible que las cosas cambien en el mercado en ese lapso y, entonces, no seremos capaces de tomar decisiones óptimas de compra o venta. Sin un tiempo de espera en el trading de alta-frecuencia, los inversores pueden tener los precios que buscan de manera inmediata y esto lleva a disminuir los costes para todos los involucrados en los mercados, ya que no se desperdicia tiempo.

El profesor Linton ilustra este punto señalando como ejemplo una transacción típica de una gente común: cambio de divisas en un aeropuerto. “Es liquidez provista por la tecnología al mercado lo que permite que funcione. Por ejemplo, si voy al aeropuerto y quiero comprar dólares tendré que pagar una comisión. Hay una persona sentada del otro lado de la ventanilla y tiene un diferencial del 30 por ciento, y a mí me costará mucho realizar la operación. Pero si voy a un mercado de valores donde opere el trading de alta-frecuencia de manera correcta, el diferencial será de un céntimo, o algo así, e implicará sólo un pequeño coste por llevar a cabo la operación”.

Sin embargo, no se trata sólo de reducir costes. Utilizar este tipo de tecnología en los mercados actuales es necesario por el inmenso volumen de trading que se realiza hoy en día y por la estructura misma del mercado. En los años 1960’s la bolsa de Nueva York tenía que cerrarse un día a la semana para manualmente poner al día el sistema de proceso de órdenes debido a la inmensa cantidad que manejaba. Hoy el increíble volumen de trading es manejado casi a sobresaltos por los “sistemas back-office”. “El mercado se ha vuelto increíblemente más sofisticado en términos del número de instrumentos que pueden ser comerciados; el mercado de futuros, los contratos que han evolucionado, la globalización de las inversiones, etc. Así que se ha vuelto masivamente más complicado”, y continúa el profesor Linton, “y creo que está fuera de la capacidad humana organizar todo esto. Si no se tuvieran esos sistemas existiría el peligro de que los precios en un mercado pudieran ser muy diferentes a los de otros mercados. Eso llevaría a una inestabilidad potencial en sí misma porque la gente podría ver estas diferencias de precios de manera diferente”.

Los grandes mercados necesitan transparencia
Ya que hoy en día los precios en los mercados son conocidos casi instantáneamente por los traders profesionales, el profesor Linton añora un poco el sistema antiguo, pero dice que sería imposible recrearlo en todo su esplendor de antaño. Sin embargo, había un nivel de transparencia mucho menor porque el que creaba mercado tenía privilegios sobre las órdenes y, de esta manera, sobre el equilibrio entre oferta y demanda de lo que se comercia. Hoy, con el libro de órdenes electrónico, no se tiene este problema. Por otro lado, si todos los precios de los mercados fueran conocidos, sería casi imposible tener un mercado de trading funcional.

Para dejar esto claro, el profesor Linton da el siguiente ejemplo: “Si Warren Buffet de repente dice que va a comprar 100 millones de acciones de una empresa, el precio rápidamente se le iría de las manos. Él tiene que usar cualquier treta disponible para ocultar la manera en que hace trading”. Lo que hoy en día hacen para ocultar sus movimientos es dividir sus órdenes o intentar vender un “iceberg”. Un “iceberg” es cuando un vendedor sólo muestra una pequeña parte de su orden o paquete de securities para evitar que los compradores potenciales tomen ventaja de la posición del vendedor o busquen otras opciones de compra.

Esto es, en esencia, la nueva manera de hacer mercado. “La gente critica a los traders de alta-frecuencia por algunas de sus prácticas y por algunas de sus manera de obtener ventajas al ubicar sus servidores dentro de las bolsas o por emplear redes de fibra óptica con la intención de ganar velocidad. Pero hay que poner esto en contexto. La ventaja de los creadores de mercado antiguos era que sabían el equilibro entre la oferta y la demanda, mientras que nosotros no. Los que crean mercado proveen un servicio a la industria que necesita ser recompensado; se necesita darles un beneficio. Esta es una de las razones que tienen para tener algunas ventajas. Simplemente no se puede tener igualdad de circunstancias porque la gente no arriesgaría su propio capital”, concluye.

Cuando las cosas de repente marchan mal
Aún con los grandes niveles de transparencia que se supone provee el HFT con sus sistemas automatizados y sus capacidades correctamente medidas, todavía estamos intentando mantener la idea de que se tiene que esperar lo inesperado, nos guste o no. Esto puede ser ejemplificado con un “flash crash”. Un flash crash es cuando los mercados electrónicos tienen un problema que crea un colapso masivo representado por enormes pérdidas de valor en un periodo muy corto de tiempo.

El profesor Linton quiso dar un ejemplo con el muy conocido “flash-crash” que afectó al NASDAQ en 2010:
“En ese día hubo problemas con las secuencias de información y con el sistema de retardo de transmisiones, así que hubo un apagón. Tan pronto como vieron lo que sucedía, y que era malo para su modelo de negocios porque necesitan tener información precisa y muy-reciente para determinar los precios, parecía que había alguna selección adversa… Ese día, debido a su alta velocidad y a que tenían una gestión de riesgo muy estricta, recibieron un duro golpe. El mercado se evaporó, la liquidez que usualmente proveían no estaba ahí y, entonces, los precios se colapsaron.

Los cortafuegos para acciones individuales pueden contener la volatilidad del mercado dentro de ciertos límites, y eso es importante. Esto permite pausar, y permite a las personas involucrarse debido a que los periodos de tiempo del trading algorítmico están más allá de las capacidades humanas. Así que desempeñan su cometido y no destruyen la interacción entre compradores y vendedores. Previenen la mayoría de los potenciales flash-crash cuando las cosas se ponen feas y los sistemas se colapsan, y creo que esto es lo más importante”.

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