¡Esto es la leche!

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¡Esto es la leche!

23/10/2013 | FxM – Nacho Sainz-Ezquerra

“Es que nos están pagando la leche por debajo de lo que nos cuesta producirla” este es el lema que ganaderos y productores de leche repiten una y otra vez durante los últimos años. Pero, ¿cómo se pueden seguir manteniendo las ganaderías vendiendo a pérdidas (por debajo del coste de producción)?

Analicemos la actual situación.

En Europa existe lo que se llama un sistema de cuotas en cuanto a la producción láctea. Cada país en función de unos parámetros puede producir como máximo unos litros de leche anuales. Se prevé que este sistema de cuotas deje de aplicarse a partir del 2015.

En España, la cuota de producción láctea es inferior a la demanda, lo que significa que se produce menos leche de la que se consume. A pesar de que en el año 2010 el consumo se encontraba en 9,5 millones de toneladas de leche, necesitábamos importar leche puesto que únicamente se producían en España 6,2 millones de toneladas. Por tanto se compra leche de países como Francia, en donde tienen excedentes, y lo que provoca que sea más barato traerla de afuera que producirla aquí, aspecto que analizaremos más adelante.

El 60% de la leche que se recoge en nuestro país se destina al mercado de leche líquida envasada. Este porcentaje se reduce en Europa, donde la producción se destina principalmente para la producción de queso, mantequilla o leche en polvo.

La mayor parte de la leche española es recogida por un total de 10 grupos empresariales, los cuales manejan el 80% del total de la leche. A la cabeza de ellos se encuentra el grupo Danone.

En términos de consumo por persona, en 2009, se llegaron a consumir unos 77 litros con un gasto asociado de 56 euros.

A modo indicativo, son varias las particularidades que presenta el consumo de leche en España:
1. El consumo más elevado se encuentra en los hogares con mayor renta.
2. Los hogares sin niños son los que más leche consumen.
3. En el caso de que la persona que hace la compra no trabaje, hay un mayor consumo de leche.

Ahora bien, centrémonos en la producción, su precio y su coste. La media diaria de producción de una vaca “española” es de 17,5 litros, aunque algunas razas selectas pueden llegar a producir cerca de 22 litros.

El coste de la alimentación les supone a las ganaderías el 75% del total de costes. A ello hay que sumarle los seguros sanitarios, o mejor dicho los costes del veterinario, así como el coste de la electricidad, etc. que en los últimos años han sufrido importantes incrementos. En total, el coste de producción de un litro de leche llega a ser de unos 36 céntimos de euro, mientras que el precio de venta se sitúa en unos 34 céntimos de euro. Por tanto se está produciendo con unos costes superiores a los beneficios, lo que provoca que muchas explotaciones no sean rentables.

Una de las medidas que están llevando a cabo los ganaderos para poder minimizar sus costes al máximo, es sobre todo en la parte de alimentación del ganado. Para ello están intentando aumentar los terrenos para poder cosechar ellos mismos, de hecho ahora se ve como son numerosos los praos (como se llama a los terrenos en la franja norte de España) en donde durante el verano han crecido multitud de maíz, con el fin de alimentar al ganado y ahorrarse un dinero en su compra.

Esta situación de precios bajos y poco competitivos tiene su origen en el año 2007, donde 100 litros de leche costaban 45 euros. Este “buen” precio se consiguió porque muchas de las explotaciones que no eran rentables cerraron, provocando una reconversión del sector. Pero con el paso de los años esta situación se comprobó que no había tenido los efectos deseados, lo que derivó en una bajada del precio hasta los 29 euros por 100 litros de leche. Por tanto, si en un primer momento algunas de las explotaciones parecían viables, la bajada en el precio provocó que muchas de éstas actualmente sean inviables económicamente.

Un caso curioso y que llama realmente la atención es que Galicia, que es la Comunidad Autónoma con mayor producción de leche en España, es donde se paga más barato el precio del litro. Esto puede deberse a que la producción media de las granjas en Galicia se encuentra cercana a las 180 toneladas anuales, bastante alejada de las 270 toneladas de la media española. Una de las razones de esta diferencia de producción se debe al reducido tamaño que tienen las ganaderías, así como la dispersión geográfica que se da en esta Comunidad.

Los precios que se pagan a los ganaderos se fijan de la siguiente manera: las industrias lácteas pagan a final de mes, por lo que el ganadero no sabe hasta final de mes lo que va a cobrar por su producción.

Muchos se preguntarán: ¿y por qué el ganadero no rechaza lo que pagan por su leche? Pues prácticamente porque el ganadero debe aceptar, con resignación, lo que esta industria le paga. Los productores (ganaderos) no tienen capacidad para negociar, ya que deberían buscarse un nuevo comprador para su leche y en muchas ocasiones eso es tarea imposible.

Es probable que la industria láctea se esté aprovechando de su posición de dominio y oligopolio, puesto que se ha comprobado en alguna ocasión que los propios compradores llegan a acuerdos para no robarse a los ganaderos (clientes). Pero también es necesario que las explotaciones sean más competitivas. Está claro que una explotación de unas 10 o 20 vacas no es rentable, al menos en la situación actual. Es mucho más interesante económicamente tener grandes explotaciones, puesto que los costes se reducen. Aunque también pensemos en que esas pequeñas explotaciones pueden producir una leche de mayor calidad, debido a que el ganado se encuentra pastando libremente y no reciben apenas piensos.

El actual sistema de ganaderías debe cambiar. Ahora mismo los hijos ya no quieren hacerse cargo de las cuadras, y son los
propios padres los que están interesados en que sus hijos sean algo más en la vida y no se dediquen 24 horas al día, 365 días al año a una cosa que encima provoca que se pierda dinero. Pero, ¿qué pasará entonces cuando desaparezcan todas estas explotaciones? ¿tendremos que comprar la leche de afuera?

En definitiva, es necesario un cambio de modelo productivo, pero también se debe pagar un precio justo por las cosas. La situación dominante de la industria láctea debe de ver que si continúa así, acabará exprimiendo a los productores, y su negocio puede que al final acabe estrangulado por ellos mismos. ¡Esto es la leche señores!

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