¿Existe una economía entorno al fuego?

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La superficie forestal en España es de 18 millones de hectáreas. Esto implica un aumento del 33% respecto a 1995, según el Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente (Mapama). Este crecimiento parece positivo pero la realidad es que viene por el aumento del éxodo rural, permitiendo un crecimiento descontrolado de la superficie boscosa. No obstante, esta expansión ha tenido que luchar con su principal enemigo, el fuego. El último caso es el incendio que ha tenido lugar en Doñana, el cual ha generado un fuerte recelo entre los conspiracioncitas que creen que ha sido intencionado para recalificar el terreno con fines lucrativos.

Las causas de los incendios se clasifican en: rayos, accidentes, intencionados, desconocidos y reproducciones de incendios anteriores. Desde el año 2000 el 59% de los incendios forestales han sido intencionados y, tan solo, el 7% han sido por rayos. Por otro lado, existe una serie de intereses en la quema de bosques en la que entran los ganaderos, cazadores y empresas constructoras. Los dos primeros lo hacen para conseguir más terreno para pastoreo y para mover los animales salvajes a zonas de coto de caza. Además, los ganaderos son los principales acusados en la quema de matorrales, ya que la PAC (Política Agrícola Común) proporciona subvenciones a las zonas de pasto y esto se consigue quemando el matorral (normalmente acaba causando un incendio incontrolado) y dejando el suelo limpio. No obstante, el Ministerio ha tomado cartas en el asunto y tiene ya preparado un plan de actuación para dejar sin las ayudas de la PAC por este tipo de actuaciones muy comunes en Galicia, Asturias y Cantabria. En cuanto a las empresas constructoras, siempre se las ha tildado de ser las que están en la sombra para promover la recalificación de terreno forestal a urbano. Sin embargo, solamente el 0,15% de todos los incendios entre 2001 y 2013 fueron intencionados para obtener una modificación en el suelo, según el último informe del Ministerio de Agricultura y Medio Ambiente.

Un reciente estudio de la Escuela de Recursos Naturales de la Universidad de Virginia, realizado el año pasado y con participación española, calculó que la biodiversidad de los bosques tiene un valor estimado de 450.000 € al año, muy por encima del coste efectivo que supone la conservación de los mismos. “La clave es aumentar la biodiversidad y no poner tanto interés en incrementar la masa forestal”, explica el director del estudio Jingjing Liang. La deforestación y degradación de los bosques, así como el cambio climático, están amenazando estos entornos naturales. El principal problema viene por su mantenimiento, ya que para que los bosques sean sanos, éstos deben tener un cuidado adecuado. En España, mantener y limpiar una hectárea de bosque cuesta entre 1.500 y 1.800 euros que se suman a otros costes como los abonos y fertilizantes o el propio alquiler del terrero explotado. En el caso de una explotación de pino común, el precio que se obtiene por su venta ronda entre 18 y 25 euros por tonelada según las últimas subastas en Segovia, Cantabria, Teruel y Cuenca. Si en la plantación de pino se recomienda dejar una distancia de 5 metros entre ellos, por hectárea dará un total de 400 pinos. Es decir, a un peso medio de tonelada por árbol, el beneficio que se puede obtener en el mercado será de entre 7.000 a 10.000 euros.

Como en muchos otros países de Europa, una parte importante de la superficie forestal es privada y, en la última década, su explotación no resulta rentable por la gran oferta y demanda de bienes sustitutivos que tiene la madera maciza. El contrachapado es un claro ejemplo ya que su producción es mucho más barata y, por lo tanto, su precio de venta también.

Las cenizas de Doñana

Según el consejero de Medio Ambiente, el perímetro del incendio abarcó 10.000 hectáreas. Las primeras opiniones relacionaron la quema con intereses económicos. En el punto de mira se posicionó el gaseoducto de gas natural que pasará lindando la zona de Doñana. Sin embargo, el entorno se rige con la Ley de Parques Nacionales que es aún más restrictiva que la Ley de Montes y, además, la obra cuenta con todos los permisos desde hace años. Por otro lado, a nivel nacional, algunas fuentes ecologistas apuntan a los intereses que hay en la madera quemada que se destina a la industria de los conglomerados y pasta de papel a un precio de entre 6 y 8 euros por tonelada.

El verano es una estación en la que se producen grandes incendios. El calor y el viento alimenta las llamas, pero éstas normalmente nacen por una voluntad humana. Es muy importante inculcar un desarrollo sostenible y un mantenimiento de las zonas boscosas ya que, independientemente de los intereses económicos, si se quiere que la economía tenga sentido y exista, primero debe existir un entorno adecuado donde desarrollarla.

Puedes ampliar la información en el Informe «Los Incendios Forestales en España: Decenio 2001-2010«

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