José Luis Sampedro

Jose Luis Sampedro
Premio Nacional de las Letras

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Biografía

A sus noventa y cuatro años José Luis Sampedro ha recibido con todo merecimiento el Premio Nacional de las Letras. Ha tardado en llegar, pues si algo hay que destacar de Sampedro es que es un maestro del lenguaje, tanto oral como escrito. Su manejo del idioma castellano, su conocimiento, su erudición, hace que sus escritos tengan un estilo literario más que notable, y su oratoria es tan deliciosa que nos deleita hasta un punto realmente magnífico, de manera que el escucharle resulta un verdadero placer. Sampedro triunfa con el uso de la palabra.

Sampedro fue premio extraordinario en la primera promoción de economistas que salió de las aulas de la Universidad Central, ahora Complutense, en 1947. Por tal motivo, el entonces decano de la facultad de Ciencias Políticas, Económicas y Comerciales, Fernando María Castiella, que posteriormente fue Ministro de Asuntos Exteriores, le ofreció encargarse de la enseñanza de la asignatura de Estructura Económica. En 1951 obtuvo el grado de Doctor también con premio Extraordinario. Años más tarde, en 1955, consiguió la primera cátedra de dicha disciplina.

Desde el año 1948 impartió docencia a muchas generaciones de estudiantes que se beneficiaron, no sólo del magisterio que ejercía como profesor, sino de su ingenio, su erudición, su enorme cultura, su gran habilidad oratoria y, como no, de su cercanía y proximidad. Las clases eran una verdadera delicia. Combinaba la docencia con la realización de investigaciones importantes y perteneció al grupo de profesores que fueron pioneros en elaborar en España las tablas input-output y la Contabilidad Nacional.

La docencia, la publicación de artículos y libros de economía, lo compatibiliza con el ejercicio profesional en el Ministerio de Hacienda y en el Banco Exterior de España. En función del cargo en el Ministerio viajó al extranjero en múltiples ocasiones, en los tiempos en los que la economía española se encontraba aislada del exterior, y participó en varias sesiones de la Organización de Naciones Unidas.

Tiene libros tan notables como Principios prácticos de la localización industrial (1957), Realidad económica y análisis estructural (1959), Las fuerzas económicas de nuestro tiempo(1967), Estructura Económica, escrito conjuntamente con Rafael Martínez Cortiña, Conciencia del subdesarrollo(1973), hay una nueva edición puesta al día por mí de 1996, y la inflación en versión completa(1976). La obra economía humanista(2009) es una recopilación de artículos, realizada por Olga Lucas y por mi, escritos en diferentes años y sobre temáticas diversas, en la que se puede acceder a la riqueza de su pensamiento. Al tiempo hay que subrayar el hecho de que fue un pionero en el estudio de integración económica europea en su trabajo Principales efectos de la unidad europea (1957). Hay que señalar que Sampedro creó un enfoque económico, el análisis estructural, partiendo de contribuciones que se habían hecho con anterioridad, aunque introdujo planteamientos novedosos. De esta manera, considera la estructura económica como una disciplina científica nueva, y elabora un método estructural antes de que el estructuralismo se pusiera de moda. Se anticipó también varios años a lo que fue la contribución del estructuralismo latinoamericano, que se desarrolló en la segunda mitad de la década de los sesenta del pasado siglo, como una interpretación de las causas del subdesarrollo en la región latinoamericana. Si se estudia el análisis histórico estructural que proponen varios economistas latinoamericanos observamos que hay muchos puntos de coincidencia con el enfoque realizado por Sampedro.

El análisis estructural tal como lo concibe es un instrumento teórico para analizar la realidad económica y se basa en la idea de totalidad del objeto que previamente se ha acotado como tema de estudio, y en la interdependencia de las partes que componen esa globalidad. La economía no se basa, por tanto, en el análisis de partes separadas, como si no tuvieran nada que ver unas con otras, sino en las relaciones básicas de los diferentes componentes que configuran la estructura económica. El análisis cuantitativo es necesario para entender el funcionamiento de la estructura económica, pero no es suficiente, lo que determina que tengamos que acudir al análisis cualitativo

El análisis estructural trata de superar el estrecho marco de la ciencia económica convencional con un enfoque más amplio de lo que concibe la ortodoxia que debe ser la economía. No obstante, Sampedro valora las aportaciones hechas por la estadística. Así señala que: “identificada, la estructura económica como la especialidad consagrada a conocer la realidad con un sentido científico moderno, a nadie extrañará que sus lazos con la estadística sean muy estrechos” (economía humanista, debate, 2009). Otro tanto cabe decir de la econometría cuya aportación la considera esencial para el método estructural, aunque este conocimiento no basta por sí mismo para entender la compleja realidad.

Las fuentes de la Estructura, como disciplina, son muchas, pero se pueden enumerar: el marxismo, la escuela histórica alemana, el institucionalismo de Veblen, sus colegas y discípulos, el análisis causal de Akerman y, el sociologismo francés (Marchal y Perroux). Así como también la contribución de Keynes y el desarrollo de la macroeconomía.

El enfoque estructural es un instrumento valioso para afrontar el estudio de la realidad, pero hay que tener en cuenta que a las corrientes señaladas como fuentes de este método, hay otras contribuciones teóricas efectuadas por gigantes, pues además de la de Keynes, Sampedro subraya la de Schumpeter. La enseñanza de la economía, si no tiene en cuenta todo esto, así como la historia y la evolución del pensamiento, se queda coja, y lo que es peor ciega, como ha pasado con la crisis actual.

El surgimiento de la crisis ha supuesto que se pongan en cuestión las ideas económicas que han configurado el paradigma dominante en las últimas décadas. Estas ideas que han formado a muchas generaciones de estudiantes han demostrado ser erróneas, sobre todo la creencia generalizada en la eficiencia de los mercados, y cuya consecuencia que se deduce de este planteamiento es que son capaces de conseguir el equilibrio por sí mismos, autorregulándose. También el uso abusivo de las matemáticas que han llegado a hacer de la economía una rama de esta ciencia, y la pérdida, por tanto, de su condición de ciencia social. La formalización en modelos abstractos y basados en supuestos muy simples ha conducido a su vez a que se haya alejado el objeto de estudio del mundo real.

Por el contrario, el análisis estructural aborda el estudio de las estructuras, tantas como delimitemos en nuestro objeto de estudio, teniendo en cuenta las relaciones básicas e institucionales, pero que se producen y reproducen en un marco de relaciones sociales. Con estas premisas Sampedro aparece como un heterodoxo que nada contra corriente en las aguas tranquilas en las que se desenvuelve la economía oficial y convencional. Es también un inconformista con la realidad económica mundial. Heterodoxo e inconformista que proporciona una visión lúcida de la economía mundial y que sabe poner el dedo en la llaga en los problemas candentes que existen. A su vez también ha sido una voz que se ha alzado, desde hace mucho tiempo, contra el hambre y la pobreza en el mundo, contra tantas privaciones que coexisten con la opulencia y contra las grandes desigualdades que se dan en la economía mundial.

Frente a esta ciencia convencional, que cambia sus paradigmas, a lo largo del tiempo, se rebela Sampedro catedrático de Estructura Económica de la Universidad Complutense, y académico de la Real Academia Española. Títulos académicos no le faltan a este profesor inconformista, heterodoxo y que ha sabido nadar contra corriente. Pero que es una persona que dice lo que piensa, y además sabe reflexionar y pensar muy bien, y nos provoca, a su vez, para que seamos capaces de pensar por nosotros mismos.

En estos años en los que nos invade el paradigma del pensamiento único, en el que se mantiene, entre otras cosas, la eficiencia de los mercados, que ha sido cuestionado por la historia, tener en cuenta el pensamiento económico de este autor y el análisis estructural que elaboró y difundió es más necesario que nunca. Se trata de tener en cuenta que es urgente repensar la economía en su dimensión social, para no caer en la creencia de que una disciplina resulta ser más científica si se convierte en una rama de las matemáticas y se hace prisionera del planteamiento estrecho de los economistas neoclásicos.

Carlos Berzosa. Catedrático de Economía Aplicada y ex Rector de la Universidad Complutense.

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