La Bolsa: su historia, su funcionamiento… y todo lo que debemos saber de ella

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La Bolsa: su historia, su funcionamiento… y todo lo que debemos saber de ella

13/02/2015 | Nacho Sainz-Ezquerra

Y es que en las noticias y también entre nuestros amigos y conocidos escuchamos frecuentemente hablar sobre la «Bolsa» o sobre las «acciones» pero, ¿realmente sabemos qué es y quiénes están detrás?
Empecemos por algunas definiciones. ¿Qué es la Bolsa?
La Bolsa es un mercado donde se encuentran empresas y ahorradores. Las empresas que necesitan más fondos para alcanzar sus objetivos pueden acudir a la Bolsa y vender activos financieros que son básicamente instrumentos que canalizan el ahorro hacia la inversión, definidos según su liquidez, riesgo y rentabilidad.
La primera venta de activos se conoce como mercado primario. A partir de aquí, los productos se pueden comprar y vender en la Bolsa tantas veces como se quiera, dando lugar al mercado secundario. Por su parte, los ahorradores (instituciones o particulares) desean obtener rentabilidad de sus fondos y, entre las muchas alternativas de inversión existentes, pueden optar por la compra en Bolsa de los productos emitidos por las empresas.
¿Qué función cumple entonces la Bolsa?
La Bolsa, por tanto, cumple una función esencial en la economía, ya que canaliza el ahorro hacia la inversión productiva, facilitando la movilidad de la riqueza.
¿Qué tipo de productos financieros se comercializan en la Bolsa?
Entre los activos financieros, se encuentran las acciones o participaciones en el capital de las empresas. Las acciones eran documentos físicos que, como si fueran dinero, acreditaban al portador como accionista de una empresa. Hoy, gracias a los mercados electrónicos, nuestras acciones se representan mediante una «anotación en cuenta», similar a lo que sería el ingreso de una nómina o pensión en nuestra cuenta corriente de una entidad financiera.
Cuando se adquiere una acción nos convertimos en accionistas y accedemos a una serie de derechos principales como son:
• Tener voz en las decisiones que se tomen en la empresa. Poder participar en la toma de decisiones según nuestra proporción de capital de la empresa a través de la Junta de Accionistas.
• También tenemos derecho a los dividendos, en el caso de que la empresa los dé. Recibir de manera periódica el «dividendo» que es el beneficio obtenido por la empresa durante un año natural por nuestra participación.
Los dividendos pueden ser:
• En efectivo: que es cuando se recibe dinero en metálico.
• En forma de acciones: en ocasiones las diferentes empresas dan la posibilidad de tener más acciones. Esta fórmula suele llamarse «dividendo flexible», y permite al accionista ventajas fiscales como el aplazamiento del pago de impuestos correspondiente al cobro de dicho dividendo.
• O mixto si se combinan ambos.
Y, ¿cómo se contrataban las acciones antes de la digitalización de la Bolsa? ¿Es diferente en la actualidad?
La forma de contratación de acciones en la Bolsa ha cambiado radicalmente. Hasta hace 20 años, se hacía usualmente de forma presencial o a través de una llamada telefónica a la oficina de nuestro intermediario o «bróker», como se le conoce en la jerga de la Bolsa. El comprador o vendedor debía llamar a su representante físico o «agente de cambio y Bolsa».
Entonces el agente recibía en la sede de la Bolsa la orden de compra o venta de acciones, que trataba de hacerla efectiva. Para ello, se producía un alboroto similar al de una subasta, pero de manera continua. Por ejemplo, si le pasábamos a nuestro agente una orden de venta de acciones a 10 €/acción, éste la repetía de manera insistente hasta encontrar alguien interesado.
Hoy en día no es necesario contactar con ninguna persona para realizar la operación sino que se puede operar directamente. Conviene tener en cuenta que la inversión en Bolsa suele llevar un nivel de riesgo asociado. Disponer de asesoramiento y conocimientos previos es muy útil para poder realizar la inversión con las mayores garantías posibles.
Por este motivo, la directiva sobre mercados de Instrumentos Financieros (MiFID) regula la protección de los inversores, mediante la obligatoriedad de realizar controles que determinen los activos financieros adecuados a cada perfil de cliente en función de su nivel de complejidad.
Y en la actualidad, ¿cómo se puede invertir en la Bolsa ahora?
Para poder invertir en Bolsa es necesario contar con una serie de instrumentos. El instrumento principal es una cuenta de valores, en la cual quedarán depositados los títulos cuando hagamos la compra. Una vez abierta dicha cuenta, precisaremos de una cantidad de dinero para invertir, la cual quedará depositada en la cuenta de valores.
Este tipo de cuentas están a disposición de todos los clientes de cualquier entidad financiera nacional, si bien hay otros intermediarios que también realizan este tipo de operaciones por Internet: son los denominados «brókeres online» que mayoritariamente operan por internet o por teléfono, careciendo en la mayoría de los casos de oficinas físicas. Ello redunda en unos menores costes tanto para las empresas que actúan como intermediarias como para los clientes.
A la hora de elegir entre un bróker, una entidad financiera o un bróker online deberemos valorar las comisiones que vamos a tener que afrontar en la operación de compra o venta de acciones.
Es importante leer todos los datos relativos a las condiciones particulares de cada uno de los contratos, ya que así podremos optar por la mejor opción y comprobaremos la enorme competencia que hay entre los diferentes intermediarios. La mayoría de las comisiones suelen tener una parte fija y otra variable dependiendo del volumen de dinero invertido en la compra de acciones.
¿Qué diferentes tipos de comisiones existen?
Veamos las principales comisiones que cobran, teniendo en cuenta que los importes pueden variar significativamente de unos a otros.
CORRETAJE. Es la comisión de mayor cuantía. La cobra nuestro bróker cuando realizamos una operación de compra o venta de acciones. Suele tener una parte fija y otra variable que depende del volumen de dinero invertido en acciones.
CANON DE BOLSA. Es la comisión que cobra la Bolsa en la que cotizan los títulos por usar su plataforma de contratación. En España la empresa privada Bolsa y Mercados Españoles (BME) es la que se encarga del funcionamiento y operatividad de la Bolsa. Al igual que el corretaje, tiene una parte fija y otra variable en función del volumen de dinero invertido en acciones.
• COMISIÓN DE LIQUIDACIÓN. Es una comisión por recibir o entregar los títulos. Es la de menor cuantía de las tres. Esta comisión la cobra Iberclear, que es la empresa encargada de intermediar en la compra o venta de acciones, de transferir los títulos entre diferentes personas físicas o jurídicas.
Además de estas tres comisiones, que sólo se generan cuando realizamos una compra o venta de acciones, suele haber otras comisiones que se cobran con periodicidad por parte de nuestro bróker. Las principales serían las siguientes:
• COMISIÓN DE MANTENIMIENTO DE LA CUENTA DE VALORES. Esta comisión se genera por el hecho de tener una cuenta de valores abierta. Sería similar a la comisión de mantenimiento de una cuenta bancaria en una entidad financiera. Cada día más, la mayor parte de los intermediarios bursátiles no cobran esta comisión.
• COMISIÓN DE CUSTODIA DE VALORES. Esta comisión se devenga cuando tenemos acciones en nuestra cuenta de valores. Garantiza que nuestro intermediario bursátil cuidará de nuestras acciones.
Y cuando queremos solicitar la compra de acciones, ¿cómo se hace?

Cuando se van a comprar o vender acciones, existen dos formas principales de solicitar la ejecución de la operación:
ORDEN LIMITADA. Esta orden limita el precio al cual estamos dispuestos a comprar o vender una cantidad de acciones. En el caso de este tipo de orden podemos indicar al bróker la validez de la orden, hasta una determinada fecha. Con esta orden nos garantizamos el precio al que vamos a comprar o vender, pero desconocemos si se realizará, puesto que puede que las acciones no se sitúen en el nivel al que nos interesaría realizar la operación.
ORDEN A MERCADO. Consiste en mandar la orden de compra o venta de un número de acciones al precio que esté cotizando en ese momento la acción en el mercado. Por ejemplo, si queremos comprar «a mercado», el precio lo marcará el más bajo posible de los vendedores y se irá ascendiendo en el precio hasta completar el volumen solicitado en la orden. Por lo tanto, si bien no controlamos el precio al que compramos las acciones, nos garantizamos que la orden se realizará completamente.
• POR LO MEJOR. Es similar a la de mercado, dado que no se fija ningún precio en la orden pero limita su ejecución al mejor precio encontrado, proporcionando cierto control sobre el precio al que se ejecutará la orden ya que evita bien la escalada en los precios de compra bien el descenso en los precios de venta.
Y para finalizar, ¿qué consejos útiles podemos dar?
1. Es importante conocer la cantidad de dinero que vamos a destinar a la inversión en acciones. Ha de ser un dinero que no necesitemos a corto plazo, ya que la inversión en Bolsa normalmente suele ser más rentable a medio-largo plazo y existe cierta probabilidad de pérdida (en función del activo seleccionado).
2. Antes de realizar la inversión, el asesoramiento es fundamental: hoy en día la mayoría de los brókeres online dan cursos de iniciación para adentrarse en el mundo de la Bolsa.

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