Lo que prefieren estudiar nuestros jóvenes

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Lo que prefieren estudiar nuestros jóvenes

11/06/2013 | FxM – Nacho Sainz-Ezquerra

Una vez analizada la actual situación laboral es conveniente ver qué es lo que hoy en día están estudiando nuestros jóvenes y ponerse a pensar si realmente van a tener salidas profesionales satisfactorias.

En base a los datos del Ministerio de Educación y Cultura, las previsiones para este mismo curso académico (2012-2013) en cuanto al número de matriculados en las diversas carreras universitarias es que casi la mitad de los estudiantes se encontrarían en una carrera de Ciencias Sociales y Jurídicas (47,8%), seguidos de Ingeniería y Arquitectura (21,7%), Arte y Humanidades (10,3%), Ciencias de la Salud (14,4%) y Ciencias (5,9%).

El año pasado las carreras más demandadas fueron Enfermería, Administración y Dirección de Empresas, Derecho, Psicología, Ingeniería Informática, Fisioterapia y Arquitectura. En cuanto a las menos populares se encuentran las de Humanidades.

Entre los que empiezan una carrera y consiguen acabarla, obteniendo de esta manera un título universitario, son las mujeres las que representan un mayor porcentaje, concretamente un 59,1%. Si bien esta mayoría no debe implícitamente suponer un mayor número de mujeres en todas las carreras, hay algunas de ellas que tienen preferencia en la elección por parte de las jóvenes. La rama de Ciencias de la Salud es la más importante, aquí las mujeres representan el 70,5% del total, seguidas de Ciencias Sociales y Jurídicas (61,1%), Artes y Humanidades (61,7%) y Ciencias (53,6%). Sin embargo las carreras técnicas como las Ingenierías o Arquitectura sólo cuentan entre sus estudiantes con un 26,4% de mujeres en sus aulas.

El futuro de las carreras
Cuantas veces se ha oído que una carrera tiene más o menos salidas profesionales que otra, pero ¿qué ocurre si desde una universidad nos afirman que nuestro futuro está asegurado tras estudiar una de sus carreras, puesto que es una de las que menos paro tiene? Esto es lo que ocurrió en Estados Unidos. Un grupo de estudiantes de Derecho demandó a sus universidades por haberles creado falsas expectativas laborales. Las propias universidades aseguraban que cerca de un 90% de sus alumnos conseguirían un trabajo. ¿Tienen responsabilidades las universidades? ¿Es consecuencia del cambio del ciclo económico? ¿Los estudiantes deberían haber sido más escépticos y haberse informado mejor? Quizás sea una mezcla de las tres. Al fin y al cabo las universidades están vendiendo un producto, sus carreras. Lo que sucede ahora es que la inversión ya está hecha, y es que estos estudiantes llegaron a gastarse cerca 100.000 euros por estudiar una carrera. Al no disponer de esa cantidad de dinero, tuvieron que acudir a los bancos para obtener financiación. Ahora están con el “agua al cuello” y deben aceptar cualquier trabajo para poder hacer frente a sus deudas.

Aquí, en España, eso no sucede. Las carreras pueden llegar a costar en las universidades públicas cerca de 5.000 euros en total, es decir un 5% de las estadounidenses. Mientras que si se quiere estudiar en una universidad privada el curso asciende hasta los 15.000 euros, lo que llega a suponer la mitad de lo que se paga en Estados Unidos.

La diferencia quizás es que los jóvenes españoles asumen, en gran parte, que sus primeros empleos no van a estar relacionados con sus estudios, y al menos por el momento no se ha dado ningún caso de que se pretendan exigir responsabilidades a las universidades por la falta de puestos de trabajo.

Diferencias geográficas
No sólo del hecho de estudiar una carrera u otra puede depender el futuro de nuestros estudiantes. También influye a la hora de encontrar un trabajo si lo hacemos en una u otra comunidad autónoma española. Aunque a veces las comparaciones resulten odiosas, hay que decir que existen diferencias considerables entre el norte y el sur en cuanto a población activa se refiere. Así por ejemplo el País Vasco posee una tasa de paro del 16%, mientras que en Andalucía esa tasa asciende hasta el 36%.

Es por ello que en la actualidad cerca del 40% de los jóvenes de 25 a 29 años están dispuestos a cambiar su residencia por un trabajo.

Según el “Estudio de Movilidad Internacional Laboral” elaborado por Randstad se demuestra que cuanto más joven se es, mayores facilidades existen para cambiar de país con el objetivo de conseguir un empleo. En cuanto a regiones, los jóvenes extremeños son los que más predispuestos están a cambiar de ciudad con el objetivo de conseguir un trabajo, en concreto en un 87%, porcentaje similar a los madrileños. Sin embargo en el extremo contrario se encuentran canarios (45%) y castellano leoneses (51%).

Así mismo, queda demostrado que los hombres se muestran más proclives a emigrar que las mujeres, en concreto un 65% frente al 55%.

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