¿Qué precio tiene el orgullo deportivo del fútbol?

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¿Qué precio tiene el orgullo deportivo del fútbol?

19/06/2013 | FxM – Nacho Sainz-Ezquerra

Llegó el final de la Liga, y se repite el mismo dilema de los últimos años: ¿Deberían desaparecer algunos clubs de fútbol por los calvarios económicos en los que se encuentran?

Pongámonos primero en situación. Todo esto viene desde años atrás. Ya en la temporada 95/96 tanto al Sevilla como al Celta de Vigo se les impidió inscribirse en la Liga de Fútbol Profesional (LFP) por no haber depositado la fianza del 5% de cada entidad como garantía para futuras deudas, lo que implicaba su descenso de manera administrativa.

Pero esta circunstancia no llegó a ocurrir, puesto que la totalidad de los clubs aceptaron readmitir al Sevilla y al Celta de Vigo. Esto supuso el comienzo de la “burbuja de la deuda” del fútbol. Actualmente la Liga española posee una deuda de 3.600 millones de euros.

La Ley del Deporte aprobada en los años 90 supuso un cambio para los equipos de fútbol. Con ella se pretendía que todos los clubes deportivos se transformaran en sociedades anónimas deportivas. Esto, teóricamente, conllevaría una mejor gestión financiera de los mismos, pero como estamos viendo, esto no se ha conseguido. El fin último de estas sociedades es obtener resultados deportivos, y no financieros.

En la práctica la Ley no se aplica puesto que aquellos clubs de fútbol que no cumplen sus obligaciones tributarias deberían ser expulsados de la Liga.

Con las debidas cautelas, en cierta medida los equipos de fútbol se asemejan un poco a los antecedentes ocurridos en Madoff (Estados Unidos) o Forum Filatélico (España). ¿Por qué se puede decir esto? Los clubes españoles siempre han estado endeudados, y se siguen endeudando para hacer frente a sus deudas puesto que no consiguen los beneficios suficientes. ¿Terminará por explotar esta situación en algún momento?

¿Pero cómo ha sido posible que esto siga sucediendo hasta ahora? Principalmente por dos motivos: uno la renegociación de la deuda con Hacienda, y otro los créditos privados. Los equipos de fútbol han tenido un trato preferente con las Administraciones Públicas. Hacienda les ha ido refinanciando una y otra vez, llegando a tener en la actualidad una deuda pendiente de 700 millones de euros, tal y como afirma la propia Administración Tributaria.

En el lado del crédito privado se encuentran sobre todo las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, quienes han concedido créditos a estos equipos con el fin de que esto suponga una marca de imagen de territorio para ellos.

Pero no sólo los clubs tienen deudas con Hacienda. La Seguridad Social también es un acreedor suyo, de hecho la deuda se ha incrementado en más de un 60% en el último año, ascendiendo en la actualidad hasta los 16,6 millones de euros. Resulta sorprendente que según los datos de la propia Seguridad Social, la deuda se haya incrementado en 6,6 millones de euros en apenas un año.

Claro que toda esta situación era “sostenible” mientras la economía iba bien, pero cuando las cosas empezaron a ir mal todo se desmontó. Las televisiones pagaban menos a los equipos por los partidos y el número de patrocinadores también se redujo considerablemente.

Son numerosos los equipos de fútbol, tanto de Primera como de Segunda División, que han estado o están en concurso de acreedores, llegando a ser casi la mitad del total de equipos.

“Sólo” el 50% de lo que factura la Liga de Fútbol Profesional se consigue por los ingresos de los dos grandes equipos, Real Madrid y F. C. Barcelona.

Los derechos de televisión: principal fuente de ingresos
El fútbol genera unos ingresos de 4.000 millones de euros, según Deloitte. Estos ingresos proceden sobre todo de dos fuentes: los derechos televisivos y el merchandising o comercialización de productos.

El sistema que posee la liga española en cuanto a la asignación de los derechos de televisión es diferente al aplicado en las otras ligas europeas.

Este sistema funciona de la siguiente manera. Los diversos clubes negocian con las diferentes plataformas de manera individual cada uno de los partidos. Si existe la posibilidad de que exista más de una plataforma que quiera retransmitir el partido, la decisión final recae en el equipo local. Además, a su vez, la plataforma tiene la posibilidad de vender los derechos a un canal de televisión.

Esta manera de negociación es totalmente diferente a la que se sigue en el resto de Europa, donde la negociación se realiza de manera conjunta. En este modelo se premia a aquellos clubes que consiguen una mayor audiencia.

La Comisión Europea en 2001 aconsejó que todas las ligas acudieran a este tipo de negociación (la colectiva). Pero España ha seguido operando de manera individual y eso ha provocado numerosos problemas, tanto a los clubs de fútbol como a los operadores.

Tal y como se afirma en el post “Fútbol y derechos de televisión” los sistemas de negociación individual son apropiados en aquellas ligas con numerosos equipos. Ahora bien este sistema tiene como consecuencia un abaratamiento en el precio de los partidos fútbol y por tanto menos ingresos para las televisiones. Sin embargo, la negociación conjunta provoca un aumento en los precios finales, pero a cambio se ofrece una competición más atractiva y con más competencia a nivel deportivo.

¿Y entonces quién mantiene estas sociedades anónimas durante tanto tiempo? Todos nosotros, todos los contribuyentes somo
s en definitiva los que les financiamos sus deudas con nuestros impuestos.

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