Snapchat demuestra que los seres humanos prefieren el entretenimiento a las noticias

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Snapchat demuestra que los seres humanos prefieren el entretenimiento a las noticias

04/11/2016 | John Gapper (Financial Times) – Financial Times Español

El libro favorito de Evan Spiegel es «La insoportable levedad del ser» del novelista Milan Kundera. El cofundador de Snapchat debiera en realidad ser partidario de «El libro de la risa y el olvido» del mismo autor.

La risa y el olvido son los atractivos principales de la aplicación de mensajería y de fotografía, cualidades que pudieran llevar a que su propietaria, la compañía Snap Inc., cotizara en Bolsa el próximo año con una valoración de entre 20 mil millones de dólares y 25 mil millones de dólares. Su mezcla de emociones positivas y caducidad — la mayoría de las fotos y chats desaparecen después de ser vistos — es poderosa.

La temporada de Halloween es el periodo en que Snapchat se usa más, y no simplemente porque su logotipo es un fantasma. Es el equivalente digital de familias disfrazándose y divirtiéndose entre sí. A diferencia de redes sociales más sobrias con un gran contenido de noticias y de información, como Twitter e incluso Facebook, Snapchat es más un ligero entretenimiento.

El propósito actual de las redes sociales radica en divertir e interesar a los amigos cercanos, después de un periodo en el que la prioridad era acumular tantos usuarios y seguidores — sin importar lo relacionados que estuvieran — como fuera posible. Instagram, la cual es propiedad de Facebook, recientemente se autorediseñó para funcionar más como Snapchat, con un formato de «historias» que busca capturar el mismo espíritu despreocupado de los millennials.

No hace mucho tiempo, unas fotos que desaparecieran parecían ser poco más que un truco para salvar a los adolescentes de la vergüenza permanente del sexteo, o “sexting”. Pero numerosas personas, y rivales de Snapchat, subestimaron al Sr. Spiegel. Él resultó tener un poder sutil de observación para percibir los defectos en las redes sociales y diseñar un plan para aventajarlas.

El asunto se reduce al significado de «amigo». Mark Zuckerberg expandió a Facebook para convertirla en la red social líder del mundo definiendo el término liberalmente. Un amigo en Facebook no es lo mismo que un amigo del mundo real: muchos son amigos ocasionales o simplemente conocidos. Es por eso que el usuario promedio tiene alrededor de 150 «amigos» y Facebook tiene 1,7 mil millones de miembros.

Su enfoque de establecer la configuración predeterminada a “pública” ha sido imitado por otras redes, especialmente Twitter. El éxito en Twitter se mide en términos de la cantidad de seguidores a la que un usuario puede difundir sus pensamientos. Eso explica el crecimiento inicial de Twitter y su influencia global, pero también es la razón por la que el crecimiento ha disminuido, ya que la gente se ha cansado de los abusos y de la presión de actuar en público.

Esta última tendencia alentó que surgieran de aplicaciones de mensajería como WeChat, Line y las de Facebook: WhatsApp y Messenger. Éstas han restaurado la privacidad y la seguridad sobre la que se construyeron las redes sociales antes de sucumbir a las tentaciones financieras del crecimiento viral y de enorme escala.

Snapchat es parcialmente una aplicación de mensajería, pero no del todo. De hecho, es deliberadamente bastante confusa: no hay instrucciones y hay que experimentar con ella durante un rato para descubrir cómo funciona. Se abre cuando se usa la cámara del teléfono inteligente, haciendo que lo más natural como primer clic sea tomar una foto o un vídeo. Actualmente Snap declara que simple y llanamente es «una compañía de cámaras», sin ni siquiera una mención a los mensajes.

Esto se debe a que Snapchat es, en gran medida, visual y es un ineficiente medio para la comunicación por medio de texto. La mayoría de los suarios envían fotos acompañadas de breves subtítulos y anotaciones con emojis a un reducido grupo de amigos, o enlazan imágenes de su día en lo que se llaman “Historias”, las cuales pueden ser vistas por otros dentro de un periodo de 24 horas. El servicio proporciona alegre diversión e intimidad, más que información.

A muchos lectores del Financial Times esto les puede parecer una pérdida de tiempo, y contrasta con las redes profesionales como LinkedIn o con las aplicaciones de mensajería, pero es visceralmente atractivo: un estudio descubrió que los usuarios pasan un promedio de 25 a 30 minutos por día en Snapchat, y la clasificaron en segundo lugar, tan sólo detrás del contacto en persona, como una agradable forma de comunicación.

Estamos hechos para preferir el entretenimiento a las noticias, y la emoción a la información. Muchas redes sociales están diseñadas en base a la suposición opuesta, tomando la iniciativa del «número de Dunbar» popularizado por Robin Dunbar, un antropólogo británico. Él argumentó que nuestros cerebros evolucionaron para ser lo suficientemente grandes como para interactuar con círculos sociales de 150 individuos, razón por la cual numerosos usuarios de Facebook tienen este número de «amigos».

Pero 150 no es el único número de Dunbar. Él señaló que la intimidad se limita a grupos de alrededor de 30-50 individuos. Esto era cierto en el caso de los cazadores-recolectores prehistóricos y sigue siéndolo en el de otros primates. Los monos expresan intimidad a través del «acicalamiento social», como asear a los miembros de su grupo.

Snapchat demuestra la veracidad de este punto: los usuarios tienden a enviar imágenes divertidas a este número de amigos cercanos. Es el círculo social en el que se sienten cómodos poniéndose en ridículo, y no teniendo que reflexionar cuidadosamente antes de publicar una imagen. Incluso existe un eco de acicalamiento social en los filtros de fotos y en los «marcos” para selfies que se pueden utilizar para alterar y mejorar sus imágenes.

Cuanto más grande se vuelve Snapchat, más fuerte será el incentivo para darle cabida a anunciantes y a otros, y más frágil se volverá su ecosistema. Hasta ahora, les ha permitido a editores como BuzzFeed y a anunciantes como Gatorade llegar a los usuarios de la aplicación sin sacrificar su intimidad esencial. Cualquier futuro paso en falso pudiera poner en peligro lo que ha hecho que funcione.

El Sr. Spiegel ya ha demostrado la veracidad de su punto de vista. La atracción hacia la información ligera, los recuerdos, las payasadas y la risa está arraigada en la humanidad, tal y como lo demuestran diariamente 150 millones de usuarios de Snapchat. No lo olvides.

Snapchat puts its charm on millennials

04/11/2016 | John Gapper (Financial Times) – Financial Times English

Evan Spiegel’s favourite book is The Unbearable Lightness of Being by the novelist Milan Kundera. The co-founder of Snapchat ought really to favour Kundera’s The Book of Laughter and Forgetting.

Laughter and forgetting are the messaging and photo app’s core appeal, qualities that may lead to its owner Snap going public next year at a valuation of between $20bn and $25bn. Its mixture of positive emotion and ephemerality — most photos and chats vanish after being viewed — is potent.

Halloween season is primetime for Snapchat, and not simply because its logo is a ghost. It is the digital equivalent of families dressing up in costumes and amusing each other. Unlike more sober news and information-heavy social networks such as Twitter and even Facebook, it is light entertainment.

Amusing and engaging close friends is where the action is for social networks, after a period when the priority was to collect as many users and followers — no matter how distantly related — as possible. Instagram, which is owned by Facebook, recently redesigned itself to work more like Snapchat, with a “stories” format that aims to capture the same millennial carefree spirit.

Not long ago, disappearing photos seemed little more than a gimmick to save sexting teenagers from permanent embarrassment. But many people, and Snapchat’s rivals, underestimated Mr Spiegel. He turned out to have a sharp eye for the flaw in social networks and a plan to outwit them.

It boils down to the meaning of “friend”. Mark Zuckerberg expanded Facebook into the world’s leading social network by defining the term liberally. A Facebook friend is not the same as a real-world friend: many are casual friends or acquaintances. That is why the average user has about 150 “friends” and Facebook has 1.7bn members.

His approach of setting the default to openness has been followed by other networks, notably Twitter. Success on Twitter is measured by the number of followers to whom a user can broadcast their thoughts. That accounts for Twitter’s initial growth and its global influence, but is also why growth has sagged as people have tired of abuse and the strain of performing in public.

This latter trend encouraged the rise of messaging apps such as WeChat, Line, and Facebook’s WhatsApp and Messenger. They have restored the privacy and safety on which social networks were originally built, before they succumbed to the financial temptations of viral growth and enormous scale.

Snapchat is partly a messaging app but not wholly. Indeed, it is quite confusing by design: there are no instructions and you have to play around for a while to discover how it works. It opens to the smartphone’s camera, making the most natural first click to take a picture or video. Snap now baldly declares that it is “a camera company”, with not even a mention of messages.

That is because Snapchat is largely visual, and is an inefficient medium for text communication. Most users send photos to a small group of friends with brief captions and emoji annotations, or link together images of their day in what are called Stories, which can be viewed by others for 24 hours. The service is about light-hearted amusement and intimacy, not information.

It may seem like a waste of time to many Financial Times readers, and contrasts with professional networks such as LinkedIn or messaging apps, but it is viscerally appealing: one study found users spend an average of 25 to 30 minutes per day on Snapchat and ranked it second only to face-to-face contact as a pleasant form of communication.

We are built to prefer entertainment to news, and emotion to information. Many social networks are designed on the opposite assumption, taking a lead from the “Dunbar number” popularised by Robin Dunbar, a UK anthropologist. He argues that our brains evolved to be big enough to interact with social circles of 150, which is why many Facebook users have this number of “friends”.

But 150 is not the only Dunbar number. He notes that intimacy is confined to groups of about 30-50. It was true of prehistoric hunter-gatherers and remains so of other primates. Monkeys express intimacy through “social grooming” such as cleaning members of their troop.

Snapchat proves the point: users tend to send goofy images to this number of close friends. It is the social circle in which they feel comfortable making a fool of themselves, and not having to reflect carefully before they publish an image. There is even an echo of social grooming in the photo filters and selfie “lenses” that can be used to alter and enhance their images.

The larger Snapchat grows, the stronger the incentive to open itself up to advertisers and others, and the more fragile its ecosystem becomes. So far, it has allowed publishers such as BuzzFeed and advertisers including Gatorade to reach the app’s users without sacrificing its essential intimacy. Any future mis-step could easily jeopardise what has made it work.

Mr Spiegel has already proved his point. Trivia, ephemera, tomfoolery and laughter are ingrained in humanity, as 150m Snapchat users demonstrate daily. Do not forget it.


Copyright &copy «The Financial Times Limited«.

«FT» and «Financial Times» are trade marks of «The Financial Times Limited».
Translation for Finanzas para Mortales with the authorization of «Financial Times».


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