¿Una década perdida?

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Juan Antonio Vázquez García. Catedrático de la Universidad de Oviedo.

Para el euro lo peor parece haber pasado, al menos por el momento, desde que el 6 de septiembre el Banco Central Europeo anunció su disposición a intervenir, en determinadas condiciones, en los mercados de deuda. Desde ese momento se han aliviado unas tensiones y despejado un panorama sobre el que aun planean las incertidumbres que ha dejado la última cumbre europea con el retraso y la indefinición en el proceso de unión bancaria.
Para la economía española, en cambio, lo peor no parece haber pasado todavía. Los pronósticos son unánimes: 2013 será un año malo sin paliativos, para el que se aventura una tasa negativa del 1,4% que nos sitúa a la cola del crecimiento y nos deja en el puesto 104 de 105 países, tan solo por delante de Grecia.
Previsiones como las del FMI confirman, además, que la crisis en esta fase es una cuestión fundamentalmente europea y de los países del sur de Europa más específicamente. A pesar de una cierta ralentización, el crecimiento esperado en el conjunto de la economía mundial es del 3,5%, en China se acerca al 8%, en los países emergentes está próximo al 6%, en América Latina será del orden del 4% y aun en la debilitada economía de los Estados Unidos el crecimiento podría llegar al 2% si se sortea el riesgo del denominado “precipio fiscal”. Frente a eso, la tasa esperada para el conjunto de Europa es sólo del 0,3%, con una sensible caída en Alemania hasta el 0,9%, y una estimación para Francia del 0,4%, que sitúa a las economías europeas en las posiciones postreras del ranking del crecimiento, con 20 países del viejo continente entre los 25 últimos, y acaparando la totalidad de las previsiones negativas que, junto con España, afectan a Italia, Chipre, Eslovenia, Portugal y Grecia.
El caso es que en una situación como ésta de lo que se ha vuelto a hablar es de los “brotes verdes”, de esa expectativa tantas veces incumplida, como las hemerotecas pueden testimoniar. En 2013 tocaremos fondo, pero el horizonte comenzará a despejarse en 2014, es lo que ahora nos vienen a decir.
Incluso si así fuese y en 2014 se produjese esa deseada inflexión, las estimaciones indican que no llegaríamos a recuperar nuestro nivel de PIB de antes de la crisis hasta 2018. Es decir, que tras cinco años de crisis harían falta otros cinco años más para consolidar la recuperación y retornar al inicio, completando una “década perdida” de la economía española. En Asturias, en particular, acabamos de constatar esa década perdida en el empleo con la vuelta a los niveles de ocupación de diez años atrás.
En su evolución histórica a lo largo del siglo XX, como se comprueba en el cuadro adjunto, la economía española ha registrado espectaculares progresos, interrumpidos tan solo por las décadas entorno a la guerra civil y acelerados a partir de los años 60 y tras la integración europea, de un modo tal que solo en veinte años se consiguieron aumentos de renta por habitante similares a los de los cien años anteriores. Son lo que podríamos denominar las “décadas ganadas” de la economía española. Con la llegada de la crisis, por el contrario, se inicia un retroceso del PIB cuyo índice 100 de 2008 se prevé que se reduzca hasta el 93,6 en 2013, con una pérdida cercana a los 6,5 puntos en términos reales y de alrededor de un 9% de la renta per cápita, y no se volvería a recuperar hasta 2018. Economías como las de Alemania, Francia, y Bélgica, tras reducciones de 2 ó 3 puntos de su PIB, han conseguido retornar a los niveles previos a la crisis ya en 2011. Por contra, economías como las de Grecia, Portugal e incluso Italia necesitarán diez o más años para recuperar esos niveles. Y un escenario similar es el que dibuja el FMI para una economía española que parece desgraciadamente abocada a completar su “década perdida”.
Las predicciones no dejan de ser eso, especialmente en un mundo cada vez más complejo e impredecible, pero dibujan un panorama en que más que las luces de los “brotes verdes” destacan las sombras de las “líneas rojas” que no dejamos de traspasar como una constatación más de hasta qué punto las políticas de austeridad a ultranza no están funcionando y están profundizando la recesión de nuestra economía. Pero frente a la expectativa de una “década perdida” quiero aun confiar para el futuro en las capacidades que hicieron posibles en el pasado las “décadas ganadas” por la economía española.

Evolución histórica de la renta por habitante
Año Euros
1900 2.700
1929 4.350
1948 3.350
1959 4.850
1975 12.400
1999 20.500
2010 24.900
Evolución del PIB durante la crisis y previsiones
Año Índice
2008 100,0
2010 95,9
2012 94,9
2013 93,6
2014 94,6
2015 96,0
2017 99,3

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