¿Qué es una empresa Peter Pan?

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El crecimiento es el pilar que sostiene la economía, al menos en el actual escenario económico, pero los hay que van a contracorriente. Se trata de las denominadas empresas Peter Pan o aquellas que no quieren crecer más allá de un punto determinado.

Estas empresas no están constituidas en el País de Nunca Jamás, sino que son frecuentes en España. Más allá de lo que se pueda creer, no son pocos los motivos que les llevan a «estancarse» en unos determinados parámetros.

A mayor tamaño mayor gasto. Esta máxima frena a numerosas empresas, ya que para acometer unos gastos superiores se incrementan las necesidades de financiación y, para unos ingresos extra de capital, se torna imprescindible abrir la empresa a socios y bancos.

Evidentemente, esto significa perder control sobre la compañía y asumir más riesgo, por lo que es comprensible, que más de uno prefiera mantener las «comodidades» de una empresa pequeña, no asumir riesgos innecesarios y mantenerlo todo «bajo control».

También hay empresas que no quieren crecer por las implicaciones fiscales que esto conlleva. Hasta 2016, el Impuesto de Sociedades se incrementaba del 25 al 30% a partir de 10 millones de facturación. Sin embargo, pagar un mayor Impuesto de Sociedades no volverá a ser impedimento al crecimiento, ya que desde este año se ha generalizado el tipo aplicable del 25% tanto para pymes como grandes empresas.

No obstante, también hay empresas que ocultan parte de sus ventas con el objetivo de no declarar beneficio y favorecerse de las ventajas fiscales que esto conlleva.

A PARTIR DE 6 MILLONES DE EUROS, AUMENTA LA VIGILANCIA
A efectos de IVA, se considera gran empresa a aquella que factura más de 6 millones de euros, lo que implica las declaraciones de IVA (Modelo 111 y 303) se realizarán de forma mensual en vez de trimestral y los pagos fraccionados pasan de efectuarse a través de un sistema de bases, abandonando el de cuotas que utilizan las pymes.

«No es que se paguen más impuestos, pero aumenta claramente la gestión administrativa de ellos, por lo que aumenta el gasto para pagar los mismos impuestos», señala el profesor de fiscalidad de la UOB y asesor fiscal de Auren abogados.

Además, en términos de investigación fiscal, las empresas que facturen más de seis millones de euros pasan a ser competencia de las Unidades de Gestión de Grandes Empresas (UGGES) de la Agencia Tributaria (AEAT), lo que supone, en teoría, mayor vigilancia fiscal, pero «es una unidad que carece de efectivos suficientes», indica el secretario general de Geshta.

LA ÉTICA, OTRO IMPEDIMENTO AL CRECIMIENTO
En este punto entra en escena La Fageda, una cooperativa agraria de 280 empleados y 422 vacas con sede en Girona que presume de «hacer el mejor yogur del mundo», que vende sus productos tan solo en Cataluña y que no quiere crecer por motivos éticos.

«Nosotros tenemos auténtico terror al vicio de la avaricia y a la falta del sentido de las proporciones. Entendemos que nuestro proyecto tiene que ser sostenible y para que sea sostenible no compartimos ese principio de los economistas de hoy que dicen que si no creces, desapareces», señala el fundador de la compañía, Cristóbal Colón.

Colón entiende que la máxima de su empresa ha sido crecer hasta alcanzar la sostenibilidad económica, una meta ya alcanzada por la cooperativa. «En ningún momento se nos plantea la intención de salir de aquí y de hacer una multinacional. No está dentro de nuestros objetivos ni económicos ni sociales», concluye.

Fuente: Europa Press (11 de abril de 2016)

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